POR LOS BOSQUES Y CUMBRES DE IRATI…
Amanecía cubierto en Isaba cuando el sábado salimos temprano para comenzar el primero de los recorridos que teníamos previsto realizar por la Selva de Irati (Iratiko ohiana en Euskera).
Son muchos los que me habían animado a conocer este espectacular paraje del Pirineo Navarro, pero no ha sido hasta ahora cuando he tenido la oportunidad de adentrarme en este espacio de fábula. Porque cuando te adentras en Irati (y te ves envuelto por sus bosques de hayas y abetos, sus ríos, sus montes, por el olor y los sonidos del bosque,..) tienes la sensación de penetrar en un espacio mágico.
El primero de los recorridos previstos comenzaba en las Casas de Irati, donde iniciamos una ruta circular de 24 km y algo más de 8 horas y 30 minutos de duración. Por pistas y senderos tapizados por una alfombra de hojas otoñales, y entre hayas y abetos que en algunos casos superan los 30 m de altura, ascendimos hasta la cumbre del Okabe (en la parte francesa de Irati y un mirador privilegiado desde el que visualizar Irati en toda su extensión). Desde Okabe, y en un descenso prolongado por una sucesión de lomas, llegamos hasta el Puente de la Cuestión (lugar donde se sitúa la muga que señala la línea de frontera con Francia). Junto al puente y con el sonido del río de fondo, tocaba hacer una breve parada para comer, antes de enfrentar el último tramo de nuestro recorrido que nos llevó hasta la cumbre de Lizardoia, atravesando la reserva natural a la que da nombre esta cumbre. Con las últimas luces de la tarde llegábamos al punto de partida y concluíamos esta primera jornada.
El domingo amaneció con fuerte viento del sur que nos obligó a modificar nuestros planes. Teníamos la intención de ascender hasta la cumbre del Orhi (la primera cumbre pirenaica que desde el oeste supera los 2.000 m de altitud). Pero tras ascender al Muxumurru y alcanzar el collado que da acceso a la cumbre, el fuerte viento hizo imposible la ascensión (mantenerse en pie sin perder el equilibrio por el empuje del viente era toda una proeza). Sin desanimarnos por ello, decidimos descender y sumergirnos en la sierra de Abodi (que limita por el sur el bosque de Irati) para completar nuestra jornada con un recorrido de 21 km por esta zona del Prepirineo Occidental de Navarra que separa los valles de Irati y Salazar.
En resumen, dos días espectaculares por uno de los grandes bosques europeos de hayas y abetos mejor conservados.
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